El presente documento puede arrojar luces para comprender la vigencia del psicoanálisis en el mundo contemporáneo. El texto titulado En qué sentido el psicoanálisis es revolucionario, forma parte de una serie de conferencias dictadas por el Analista Pommier, en la ciudad de Bogotá. Dada la extensión del docuemento, la idea es irlo publicando por partes, he aquí la primera.
EN QUÉ SENTIDO EL PSICOANÁLISIS ES REVOLUCIONARIO[1] (Parte 1)
Gérard Pommier
Tomado del libro: En qué Sentido El Psicoanálisis es Revolucionario. Conferencias de Gérard Pommier en Bogotá. Organizadas y transcritas por la Asociación Lacaniana de Analistas de Bogotá ALDABON. Ediciones Aldabón, Santafé de Bogotá, Colombia: abril de 1997
El título de esta conferencia, En qué sentido el psicoanálisis es revolucionario, no es un título para nada evidente porque lo que se piensa generalmente es que el análisis concierne solamente a un lazo privado, digamos, de un sujeto con su propio deseo, de un sujeto consigo mismo en cierta manera, y en este sentido, no parece evidente hablar de algo especialmente revolucionario en el análisis en la medida en que el término revolucionario significa algo que concierne a la sociedad entera, al lazo social, al público en oposición al privado. Así, resulta siendo un título un tanto provocador en su primera enunciación, no solamente en el plano de las ideas sino también en un plano práctico por que hace más o menos cien años que existe el análisis, lo cual es muy poco en el terreno de las ideas, digamos. Y durante esos cien años, en la historia misma no hay evidencia alguna de que el psicoanálisis fuese, de manera alguna revolucionario. Por un lado, el análisis fue tomado por el lado de la Internacional, por los médicos americanos, como un tipo de ortopedia, de adaptación de los sujetos al capitalismo y en este sentido parece que el sueño de Freud, quien había pensado importar la peste a los Estados Unidos, parece haber fracasado totalmente porque el análisis aparece en los Estados Unidos mismos como una empresa de adaptación psicológica al capitalismo; eso por una parte. Por la otra parte, es decir, del lado del marxismo oficial, tal cual ha existido desde los años 30, digamos, lo que ha ocurrido es un rechazo del análisis como reaccionario y no como revolucionario. Así, parece que en la historia misma este título no corresponde a lo que ha ocurrido. Althusser y otros filósofos y psicoanalistas franceses han hecho una crítica a esta posición del marxismo oficial, al decir que el marxismo oficial ha tomado la presentación del análisis hecha por la Internacional, por el análisis mismo; han tomado la resistencia al análisis como si fuera el análisis. Y es por esta razón que el marxismo oficial ha tomado esta posición frente al psicoanálisis. Entonces este título no tiene nada evidente.
¿Cómo voy a abordarlo? Hace poco dije que el análisis existe hace sólo cien años, lo cual es poco en la historia de las ideas, porque esta idea tan nueva va radicalmente en contra de todo el pensamiento clásico, todo el pensamiento de la filosofía, de la historia de las ideas, donde un descubrimiento tan sorprendente como el inconsciente va en contra de la creencia filosófica en una conciencia del ser humano, de sí mismo y de su posición en el universo. A pesar de su poco tiempo de existencia, el análisis ha venido creciendo, tiene cien años, y lo que ha caracterizado este crecimiento es una resistencia constante; resistencia constante al psicoanálisis que no es una resistencia casual, ocasional, de poco tiempo, de vez en cuando, sino una resistencia constante, muy fuerte en el lazo social; nunca el análisis fue reconocido como algo que no fuese a provocar un conflicto.
Entonces, para empezar, hay algo que permite pensar que el psicoanálisis tiene un papel revolucionario, que son las fuerzas de las resistencias mismas. Todos los años se inventan nuevos trucos para decir que la invención de Freud es algo que no tiene importancia alguna. Eso no le impide crecer al análisis pero todos los años se ven esas resistencias, y es con esas resistencias que se puede pensar que el análisis tiene un papel revolucionario, pero, y es esto lo que voy a intentar desarrollar, ¿en qué sentido es revolucionario?
Primero, se puede pensar que en los tiempos de Freud las resistencias eran comprensibles en la medida en que Freud hablaba de la sexualidad, y se puede creer que es porque en la sociedad de su ciudad de la época, que era una época un poco púdica, digamos, había una dificultad para hablar de la sexualidad, particularmente de la sexualidad infantil, y fue en este sentido que aparecieron resistencias al descubrimiento de Freud. Pero, ¿y ahora? Ahora, cien años después, la sexualidad no tiene ya nada de chocante, y no se ve por qué deben tener lugar resistencias al análisis si el descubrimiento de Freud era algo que sólo tenía que ver con la sexualidad, la infantil más precisamente, y con el traumatismo sexual. Ahora la sexualidad es un objeto comercial y no tiene nada que ver con algo chocante. Eso permite pensar que no es porque Freud haya ha6lado de sexualidad, no es por razón de su pansexualismo, es decir, el hecho de ver algo sexual en todas las motivaciones del hombre, que se han provocado las resistencias.
Entonces la cuestión está intacta. ¿Qué es lo que viene a provocar las resistencias al análisis si no es este contenido sexual en sí mismo? Freud, su descubrimiento, tiene algo de insoportable, no por la motivación sexual de varios actos humanos que él descubrió, sino en el sentido en que el hombre, con el descubrimiento de Freud, debe tener en cuenta que él es responsable de su propio deseo, que su deseo conlleva algo de su culpabilidad que tiene que ver con su sexualidad. No es la sexualidad en sí misma lo insoportable, sino el hecho de que esta sexualidad tiene en sí misma un papel transgresor, una necesidad de culpa, y que el descubrimiento de Freud consiste en permitirle al hombre ver que su deseo lo hace culpable, responsable de sus actos. Es por eso que Freud es insoportable. Es en la medida en que con esta dimensión del deseo sexual, el hombre pierde su inocencia. Fin de la parte 1
[1] Conferencia pronunciada en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá, el día 14 de mayo de 1996
Gérard Pommier
Tomado del libro: En qué Sentido El Psicoanálisis es Revolucionario. Conferencias de Gérard Pommier en Bogotá. Organizadas y transcritas por la Asociación Lacaniana de Analistas de Bogotá ALDABON. Ediciones Aldabón, Santafé de Bogotá, Colombia: abril de 1997
El título de esta conferencia, En qué sentido el psicoanálisis es revolucionario, no es un título para nada evidente porque lo que se piensa generalmente es que el análisis concierne solamente a un lazo privado, digamos, de un sujeto con su propio deseo, de un sujeto consigo mismo en cierta manera, y en este sentido, no parece evidente hablar de algo especialmente revolucionario en el análisis en la medida en que el término revolucionario significa algo que concierne a la sociedad entera, al lazo social, al público en oposición al privado. Así, resulta siendo un título un tanto provocador en su primera enunciación, no solamente en el plano de las ideas sino también en un plano práctico por que hace más o menos cien años que existe el análisis, lo cual es muy poco en el terreno de las ideas, digamos. Y durante esos cien años, en la historia misma no hay evidencia alguna de que el psicoanálisis fuese, de manera alguna revolucionario. Por un lado, el análisis fue tomado por el lado de la Internacional, por los médicos americanos, como un tipo de ortopedia, de adaptación de los sujetos al capitalismo y en este sentido parece que el sueño de Freud, quien había pensado importar la peste a los Estados Unidos, parece haber fracasado totalmente porque el análisis aparece en los Estados Unidos mismos como una empresa de adaptación psicológica al capitalismo; eso por una parte. Por la otra parte, es decir, del lado del marxismo oficial, tal cual ha existido desde los años 30, digamos, lo que ha ocurrido es un rechazo del análisis como reaccionario y no como revolucionario. Así, parece que en la historia misma este título no corresponde a lo que ha ocurrido. Althusser y otros filósofos y psicoanalistas franceses han hecho una crítica a esta posición del marxismo oficial, al decir que el marxismo oficial ha tomado la presentación del análisis hecha por la Internacional, por el análisis mismo; han tomado la resistencia al análisis como si fuera el análisis. Y es por esta razón que el marxismo oficial ha tomado esta posición frente al psicoanálisis. Entonces este título no tiene nada evidente.
¿Cómo voy a abordarlo? Hace poco dije que el análisis existe hace sólo cien años, lo cual es poco en la historia de las ideas, porque esta idea tan nueva va radicalmente en contra de todo el pensamiento clásico, todo el pensamiento de la filosofía, de la historia de las ideas, donde un descubrimiento tan sorprendente como el inconsciente va en contra de la creencia filosófica en una conciencia del ser humano, de sí mismo y de su posición en el universo. A pesar de su poco tiempo de existencia, el análisis ha venido creciendo, tiene cien años, y lo que ha caracterizado este crecimiento es una resistencia constante; resistencia constante al psicoanálisis que no es una resistencia casual, ocasional, de poco tiempo, de vez en cuando, sino una resistencia constante, muy fuerte en el lazo social; nunca el análisis fue reconocido como algo que no fuese a provocar un conflicto.
Entonces, para empezar, hay algo que permite pensar que el psicoanálisis tiene un papel revolucionario, que son las fuerzas de las resistencias mismas. Todos los años se inventan nuevos trucos para decir que la invención de Freud es algo que no tiene importancia alguna. Eso no le impide crecer al análisis pero todos los años se ven esas resistencias, y es con esas resistencias que se puede pensar que el análisis tiene un papel revolucionario, pero, y es esto lo que voy a intentar desarrollar, ¿en qué sentido es revolucionario?
Primero, se puede pensar que en los tiempos de Freud las resistencias eran comprensibles en la medida en que Freud hablaba de la sexualidad, y se puede creer que es porque en la sociedad de su ciudad de la época, que era una época un poco púdica, digamos, había una dificultad para hablar de la sexualidad, particularmente de la sexualidad infantil, y fue en este sentido que aparecieron resistencias al descubrimiento de Freud. Pero, ¿y ahora? Ahora, cien años después, la sexualidad no tiene ya nada de chocante, y no se ve por qué deben tener lugar resistencias al análisis si el descubrimiento de Freud era algo que sólo tenía que ver con la sexualidad, la infantil más precisamente, y con el traumatismo sexual. Ahora la sexualidad es un objeto comercial y no tiene nada que ver con algo chocante. Eso permite pensar que no es porque Freud haya ha6lado de sexualidad, no es por razón de su pansexualismo, es decir, el hecho de ver algo sexual en todas las motivaciones del hombre, que se han provocado las resistencias.
Entonces la cuestión está intacta. ¿Qué es lo que viene a provocar las resistencias al análisis si no es este contenido sexual en sí mismo? Freud, su descubrimiento, tiene algo de insoportable, no por la motivación sexual de varios actos humanos que él descubrió, sino en el sentido en que el hombre, con el descubrimiento de Freud, debe tener en cuenta que él es responsable de su propio deseo, que su deseo conlleva algo de su culpabilidad que tiene que ver con su sexualidad. No es la sexualidad en sí misma lo insoportable, sino el hecho de que esta sexualidad tiene en sí misma un papel transgresor, una necesidad de culpa, y que el descubrimiento de Freud consiste en permitirle al hombre ver que su deseo lo hace culpable, responsable de sus actos. Es por eso que Freud es insoportable. Es en la medida en que con esta dimensión del deseo sexual, el hombre pierde su inocencia. Fin de la parte 1
[1] Conferencia pronunciada en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, Santafé de Bogotá, el día 14 de mayo de 1996
2 comentarios:
excelente!! como hago para leer las siguientes partes?
Muchas Gracias! En espera de las demás partes del texto!
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